Trasladada a un teclado y una pantalla, la sensación resultó la misma que con el carboncillo en la mano frente a una cartulina en blanco: Pura, y angustiosa a veces, desorientación. Así que lo mejor es lanzarse a hacer trazos más o menos alocados; el dibujo irá tomando forma. O no... porque no hay fórmulas. Aunque, como alguien dijo, "existe la inspiración, pero por si acaso, que me pille trabajando."
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario